Sus raíces medievales todavía se pueden vislumbrar en el urbanismo de sus calles y en muchos de sus edificios. Además, su proximidad con Tamarit hace que la visita a estos dos pueblos sea casi obligada, ya que ambos municipios conservan gran parte del encanto de siglos pasados.
Eso sí, si hay algo que no te puedes perder en ningún caso son los castillos que albergan ambas poblaciones. ¡Son una pasada!
Torredembarra
Hay pueblos que tienen la suerte de tener un poco de todo y Torredembarra es uno de ellos. Es un lugar con historia, con grandes playas y espacios naturales únicos.
Al igual que muchas localidades de la zona, sus orígenes se remontan a la Edad Media, algo que se puede ver claramente si se pasea por los rincones más antiguos.
Como construcción curiosa destaca el faro, que fue el último del siglo XX construido en el Estado español.
L’Ametlla de Mar
Si vas a visitar l’Ametlla de Mar y al llegar te dicen que estás en La Cala, no te asustes, no te has equivocado; así es como llaman sus habitantes a esta bonita población de la Costa Dorada.
Una localidad de tradición pesquera que sigue fiel a sus orígenes, tal y como demuestra la gran flota de barcos de pesca que hay amarrados en los muelles del puerto y su gastronomía rica en pescado y marisco.
Además, es el segundo municipio de Cataluña con más banderas blancas gracias al buen estado en que se encuentran muchas de sus playas y calas.
Calafell
Como en muchos pueblos de la Costa Dorada, el gran atractivo turístico de Calafell son el sol y la playa, pero tiene mucho más. Por ejemplo, se sabe que hace 22 000 años ya había gente por la zona porque, a finales del siglo pasado, se encontró una cueva prehistórica.
Además, esta localidad también alberga la Ciudadela Ibérica, una fortaleza que se encuentra en muy buen estado de conservación y que nos permite conocer cómo vivían nuestros antepasados de la zona hace ya más de 2500 años.
Ya solo por eso es uno de los 10 pueblos más bonitos de la Costa Dorada.
Sant Carles de la Ràpita (La Ràpita)
Conocido durante años como Sant Carles de la Ràpita, este municipio situado cerca del Delta del Ebro cambió su nombre el pasado febrero de 2022 después de que se aprobara el cambio en un referéndum.
Su cercanía con el Parque natural del Delta del Ebro lo convierte en un pueblo por el que hay que pasar sí o sí para conocer la idiosincrasia de la zona.
Hoy en día, además, destaca por espectaculares playas y por el contraste entre mar y montaña de su ubicación.